‘Puedo convertir tu vida en una montaña rusa’, es una de las frases con que Javier advierte a Clara al insistirle en una relación de Dominación/sumisión. Un reencuentro fortuito les valdrá para reeditar, ahora de un modo mucho más complejo, lo que el destino les impidió compartir años atrás. Ella empezará por despertar el espíritu Dominante en quien será su Dueño, ese cómplice necesario que siempre confió y anheló encontrar. Él creará un universo para los dos y hará que vivan en primera persona lo que sólo unos pocos imaginan o sueñan. Convertidos en Elsir y putsie, respectivamente, su relación tendrá como piedra angular la entrega y la confianza mutua en su máxima expresión. Un código especial, consensuado y aceptado por los protagonistas, como mejor modo para expresar los deseos más escondidos, las fantasías negadas, las necesidades jamás reconocidas, los impulsos reprimidos… pero también aflorarán otros aspectos personales que, al igual que sucede con lo inconfesable, se ocultan pero no desaparecen. Y, en medio de esa vorágine, ¿hay lugar para el romanticismo? ¿para los sentimientos? ¿hasta qué punto se dejan realmente de lado los condicionantes culturales? ¿nos altera el entorno nuestros límites? ¿es posible mantener en un compartimento estanco una relación D/s?
Y a ti ¿quién te ha dicho que quiero una vida normal? , trata con un lenguaje abierto de par en par el interior de una relación D/s. Lo inesperado y el ritmo narrativo empuja a una lectura no exenta de vértigo… sin embargo, ésta es la novela cuyo autor teme que no se compre por abordar con demasiada crudeza, verdad y valentía lo que otras sólo señalan desde lejos. ¿O quizá esté equivocado?
